Aceptemos que la explicación más sencilla a la manera en la que la enfermedad zombie se propaga de huésped en huésped es que ésta está causada por la infección de una bacteria o virus, o incluso un posible parásito. Esta es una hipótesis de amplia aceptación: el intercambio de fluídos es el mecanismo básico de infección en prácticamente todos los procesos virales y bacterianos. Ahora, esta teoría no sólo se ajusta superficialmente al contagio en sí, sino que permite explicarnos otras características del desarrollo de la epidemia. Es una frase hecha que toda explicación biológica debe ser presentada y considerada a la luz de la teoría de la evolución. Veamos algunos puntos en los cuales podremos verificarlo:
- ¿Por qué los zombies se comportan de esa forma? ¿Por qué nos atacan? ¿Tienen hambre?
La pregunta de si tienen hambre tal como nosotros lo concebimos no tiene importancia aquí, y ya lo trataremos a su debido tiempo. Lo importante es que ellos quieren comernos, y no se detendrán hasta hacerlo. La explicación es sencilla: deben mordernos para propagar la infección. No son desconocidos los casos en que diversos parásitos o virus son capaces de afectar el comportamiento natural de un organismo de forma tal que se vea facilitado el ciclo infeccioso. Por ejemplo, se sabe de animales infectados que tienen una anormal tendencia a exponerse a sus predadores, los cuales son eventuales portadores del agente infeccioso. En el caso que nos incumbe, no es difícil pensar que los zombies sean conducidos (de una u otra forma) a comer humanos, de manera que, en los sobrevivientes a un ataque, se propague la infección. Un enfoque evolucionista nos hace deducir que el objeto del proceso no es el zombie en sí, sino la multiplicación del agente infeccioso.
- ¿Por qué los zombies atacan primordialmente a otros seres humanos y no a otros animales?
Esta es una de las cuestiones que salen a la luz una y otra vez, y que muchos supuestos expertos del tema no parecen saber explicar, pero otra vez la simple teoría científica sale al rescate. Los virus, bacterias o parásitos no son siempre capaces de infectar a cualquier especie, aunque algunas de ellas puedan ser vectores (portadoras sanas) del agente. Si este agente sólo tiene efectividad infecciosa en humanos, es lógico que el comportamiento estimulado sea el de atacar a personas exclusivamente. Ahora, sabemos que la misma evolución es responsable, a través de mutaciones azarosas, de que estos agentes infecciosos sean eventualmente capaces de infectar a otras especies, logrando así una mayor capacidad de propagación. Esto ha sucedido por ejemplo con el virus HIV, proveniente muy probablemente de un virus similar que afecta a simios. No podemos descartar que existan cepas de agente causante de esta epidemia que puedan infectar a otros animales, pero rezamos para que no estalle una epidemia animal ya que las posibilidades de contenerla en un tiempo corto serían mucho menores. Por otro lado, es de esperar que estas cepas mutantes pierdan rápidamente su capacidad de infectar nuevamente a humanos, pero esto no quitaría el peligro potencial que implica el desbalance ecológico que podría ocasionar una epidemia en especies animales.
Como podemos ver, una biología no muy complicada puede ayudarnos a elaborar ciertas conjeturas acerca de la naturaleza zombie que logran explicar algunas características observadas.